Presentado el cartel anunciador de la Semana Santa de Antequera

La Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Antequera ha presentado el cartel anunciador de la Semana Santa 2025. Se trata de una obra del artista almeriense afincado en Málaga, Pablo Cortés del Pueblo. En esta ocasión, la cofradía representada es la del Socorro, elección que se realiza por riguroso sorteo. El emotivo acto en el que se descubrió la pieza se celebró en la iglesia de Santa Maria de Jesús, y contó con la asistencia del Arcipreste y del Párroco de San Juan, la Corporación Municipal con el Alcalde al frente, representantes civiles y militares, el responsable territorial de la entidad financiera Unicaja, representantes de hermandades de Gloria de la ciudad, Junta de Gobierno de la Archicofradía del Socorro, además de la Permanente y Junta de Gobierno de la Agrupación de Cofradías.

El cartel fue magistralmente presentado por la cofrade del Socorro, periodista y profesora, María González Rodríguez, quien en su alocución describió a la perfección cómo es la vida en la Archicofradía durante cada día del año, haciendo especial hincapié en el desarrollo de la jornada del Viernes Santo.

Además, la presentadora quiso dejar a los más jóvenes un bonito e importante
mensaje: que salgan a impregnarse de otras semanas santas, pero que vuelvan a Antequera a enriquecer y mantener todo nuestro legado, aprendiendo siempre de nuestros mayores.

El acto finalizó con la lectura, por parte de la Secreteria de la Agrupación, Purificación Pérez, del acta de la Junta en la que se produjo el nombramiento del pregonero de la Semana Santa, en favor de Pablo Javier Guerrero. De manos de la Presidenta de la Agrupación, Trinidad Calvo, recibió las tapas en las que, dentro de unos días, Guerrero alabará las bondades de nuestra Semana Mayor.

«Por su Amor (y su amistad)»
Cartel oficial de la Semana Santa de Antequera 2025
Lápiz pastel y pintura acrílica sobre tabla en bastidor

Yo estaba recién llegado a Málaga para estudiar mi carrera cuando conocí en la facultad a Javier Subires, el que aún hoy, casi veinte años después, es uno de mis mejores amigos. Conocerlo a él supuso mi inmersión inmediata en Antequera y su Semana Santa. Me habló de su Virgen de la Piedad, madre del Señor del Rescate, una de las grandes devociones de su ciudad. Me habló del tesoro patrimonial y cultural que poseen los antequeranos. Y por supuesto, me habló de la Socorrilla y ese auténtico museo andante que es toda su cofradía cada Viernes Santo. Con Javi y tras él llegaron un montón de nombres que a día de hoy forman parte de mis círculos sociales. No sé qué tiene Antequera, pero su presencia, desde que llegué a Malaga, ha sido tan constante que forma parte indispensable de mi mundo: mi primer diseño de trono fue para esta ciudad, así como una de las marchas a las que más cariño le tengo. Y otros tantos trabajos que me han mantenido ligado a esta tierra.

Por eso, presentar ahora el cartel de la Semana Santa de Antequera es mucho más que una ilusión. Es un anhelo de dos amigos que han crecido y madurado soñando con esta Semana Santa.

Pero es que además, este año le tocaba a ella, a la Socorrilla. El baluarte de la idiosincrasia cofrade antequerana tenía que ser protagonista del cartel. Y por vicisitudes de la vida, me ha tocado a mí. No me puedo sentir más profundamente honrado y agradecido con este privilegio.

Pero por mucha ilusión y emoción que hubiera, esta plaza es complicada. En este cartel no solo tengo que plasmar con respeto y devoción la Semana Santa de Antequera. Aquí quería también transmitir el peso patrimonial e histórico que tiene la propia ciudad.

Este cartel se ha ido un poco más lejos de lo que acostumbro para buscar la inspiración y ha venido a beber de la pintura romántica decimonónica, que aunque suelo usarla mucho de referencia, no suele ser tan habitual en mi obra cartelística. Y aunque también tiene algo de los mediados del siglo XX, la raíz de esta pintura nace en los grabados y exvotos tan famosos de Antequera.

Por eso, toda la obra tiene una base de color crema, como la de estas obras que nos demuestran que lo que hay hoy en esta tierra, ya existía y apenas ha cambiado desde el siglo XVIII. De hecho, es el principal mensaje de este cartel, que nos cuenta que esos grabados y exvotos se hacen realidad cada año en Semana Santa cuando las cofradías antequeranas salen a procesionar.

Voy primero con el fondo:

Bajo un cielo azul algo quemado como esos que vemos en las pinturas academicistas, se abre la vega de Antequera, convertida en un jardín de azucenas, como la flor emblema de la ciudad, a la llegada de la primavera. Ese jardín de azucenas blancas como la devoción de los antequeranos a María Santísima.

Y este paisaje se muestra tal y como lo ve alguien que, como yo, llega a Antequera desde Málaga:

A la izquierda, bajo el imponente Torcal, se levanta como una ciudad medieval, esta ciudad de casas blancas y torres de piedra. Para esta ocasión, he reinterpretado un skyline conformado por los campanarios de las iglesias y conventos que albergan una cofradía. Y en primera fila se levanta la entrada de la Iglesia de la Virgen de los Remedios, patrona de la localidad y lugar por el que pasan todas las cofradías en sus desfiles. En este caso, se presenta a modo de esas puertas barrocas que hoy se conservan y que un día dieron acceso a la ciudad.

A la derecha, la peña de los enamorados, la cabeza del indio o como la quieran llamar. Esa formación que desde tiempos prehistóricos ha tenido tanto simbolismo divino para los habitantes de esta tierra y que hoy es también otro de los grandes iconos antequeranos.

Y en el centro, partiendo ambas escenas, el sol que sale por Antequera. Un sol de plata repujada que me sirve para empezar a hablar de nuestra cofradía protagonista y también hacer homenaje a la platería antequerana, una de las grandes labores artesanas que históricamente han dado nombre a su ciudad.

Y llegamos a la escena principal:

Lo bueno de que la cofradía del Socorro tuviera que ser protagonista de esta obra, es que los de arriba poseen un patrimonio que en sí mismo sirve para representar a toda esta Semana Santa.

En primer lugar, la Virgen del Socorro, icono por excelencia de la imagen mariana antequerana, se presenta vestida como en esos grabados de los que hablo, con su manto negro dispuesto de forma triangular y su saya blanca abierta, el sudario anudado con las clásicas moñas, su tocado de verduguillo, su corona de coronación y su media luna de plata a los pies. La dolorosa parece haberse salido de este marco rojo que la circunda y forma parte de uno de los muchos exvotos que pintó el ilustre cofrade de arriba, Pepe Romero, y que mi amigo Miguel Herrera me enseñó entre otras muchas imágenes para que me sirviera de inspiración.

Dentro del marco, se distingue la Cruz de Jerusalén, titular de la hermandad junto a la Virgen y el Nazareno, que en este caso me sirve para hablar de la importancia histórica de la archicofradía, que es una de las primeras filiales del Silencio de Sevilla, primera hermandad de penitencia de la historia.

Y vuelvo a la Virgen para acabar. He querido ser lo más fiel posible a la impronta de la imagen. Pero me he tomado la libertad de ponerle entre las manos el escapulario de plata que estrenó el año pasado el Señor del Rescate. Con esto he querido hacer varios guiños en uno. En primer lugar, entre las muchas casualidades que se han dado en este cartel, está la de la orden trinitaria y el Socorro, ya que fue Fray Arturo Curiel, un trinitario, el que se encargó de aglutinar por primera vez toda la historia de la Archicofradía del Socorro. Pero por supuesto, quería homenajear a mi amigo Javi y a su cofradía del Rescate, que también es mi cofradía y a la que quiero tanto. Y por último, al diseñador de la obra, mi amigo y compañero Ángel Sarmiento, un antequerano que pasará a la Historia del Arte, con el que he tenido la suerte de trabajar, y que también representa la actualidad del arte contemporáneo antequerano.

A los pies de la obra, el texto se dibuja con tipografías inspiradas en la cartelería castiza de finales del siglo XIX para redundar un poco más en la historia de la ciudad.

Gracias de corazón a Trinidad y a la junta de gobierno de la Agrupación de Cofradías de Antequera por confiar en mi para este reto, dándome este privilegio enorme a la vez. Y gracias a todas y cada una de las personas que celebraron mi nombramiento porque sé que lo hicieron de corazón. Porque son parte de ese mundo antequerano que es parte de mi vida y a las que hoy puedo devolver tanto cariño con este cartel. Porque, como en este cartel, detrás del nombre de Antequera, siempre estarán las siglas que son lema de la tierra, pero que sobre todo resumen muy bien mi idilio con esta ciudad. Porque siempre habrá una parte de mí que es de Antequera por su amor y por su amistad.

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